viernes, septiembre 07, 2007

Quiero creer que no es un adiós, sino un hasta luego




Leí el blog de Rosa, (Del 26/ Ene/ 2006) y lo que encontré me movió, porque es un espejo para mí...Lo comparto:


PaRa CuaNDo VueLVaS

Como habréis visto, he cambiado el post que colgué ayer. Hoy, mientras conducía hacia Barcelona en busca de un Ipod que al final he acabdo por comprar en el pueblo de al lado, he hecho algo que debería haber hecho mucho antes, porque por lo menos así habría actuado en consecuencia. Ahora veo que he desperdiciado dos meses sintiéndome culpable, cuando en realidad debería haberme escuchado un poco más a mí misma y darme la razón por una vez. Estaba en lo cierto, el problema no es mío, y la causante tampoco. Algo es algo.Así que después de intentar reprimir las lágrimas que amenazaban con caer sobre mis piernas y las ganas de aporrear el volante y gritarle a la ciudad que no es más que un saco de cemento sin corazón, he querido creer que no ha sido un adiós, sino un hasta luego. Por lo menos voy a pensar eso, hasta que todo mejore, hasta que pase la tempestad, hasta que todo vuelva al sitio de donde nunca debió moverse. Pero que sepas que si un día decides volver, que si quieres volver, no hace falta ni que avises...
"si estás oyendo vuelve, ni siquiera saludes
con la luz de la mañana, abre puertas a patadas, niño, vuelve
que no hacen falta razones..."

Cuando vuelvas, que sepas que te habré echado de menos, que te querré lo mismo, que te habré buscado cuando me haya preguntado mil cosas y no haya tenido tu mano firme y segura para decirme aquello que casi nadie se atreve a decir. Para cuando puedas volver, te esperaré de brazos abiertos, de sonrisa sincera, de corazón sin rencores. Para cuando decidas volver, si es que puedes volver algún día, quiero que me digas que eres la persona más feliz sobre la faz de la tierra, que tienes todo lo que siempre quisiste, que las nubes se marcharon para no volver. Para cuando decidas volver, voy a tener que preparar café, porque te van a esperar mil preguntas. Para cuando decidas volver, trae contigo una sonrisa, y a ser posible un abrazo, porque los voy a echar de menos. Para cuando decidas volver... estaré inmóvil al borde del camino. Sólo quiero seguir creyendo que esto es un hasta luego y no un adiós, pero la experiencia me dice aquello de que "todo aquello que se va cuando se va, lo hace para no volver... y si por una de ésas vuelve nunca se parece... a lo que fue".
Te echaré de menos. Mucha suerte en tu andadura y en tu cruzada. Yo me sentaré en la autopista a ver pasar los coches, y en el silencio de mi calma pensaré que donde nunca muere el sol hay alguien que aunque no pueda decirlo, también me extraña, también siente que un día como hoy, como ayer, como hace unos meses... alguien le robó un trozo de su vida. Hoy... me tengo que despedir de uno de mis grandes amigos.

Hasta siempre mi niño. Te quiere,
Rosita. (http://inventandoamaneceres.blogia.com/2006/enero.php)